sábado, 5 de julio de 2014

Humanidad

En las últimas dos semanas he leído algunos artículos que han llamado mi atención. Recuerdo el primero solamente con cierto detalle. Trataba entre otras cosas de las personas y cómo ellas ... bueno, cuando digo con cierto detalle es solo eso, cierto detalle.

Lo que sí recuerdo es que me sentí identificado con una parte del mismo, una de las primeras pues era un artículo largo. Venía a decir que todos, ayudados por la evolución, buscamos perpetuarnos. Siempre he pensado que de ahí venía el típico dicho de "Tener un árbol, plantar un libro, escribir un niño". Y si no era ese, sería uno parecido, sin duda.

Por esas mismas razones, llegado el momento (para unos antes y para otros después), lo que nos preocupa es dejar a nuestros sucesores (en el sentido amplio de la palabra) el mejor planeta o la mejor sociedad posibles. Tiene todo el sentido del mundo. La evolución no solo "beneficia" a aquellos que buscan el bien propio sino también a aquellos que buscan el bien común. Ese "beneficio" doble es compatible y hasta necesario que ambos se produzcan a la vez. Como dice aquel dicho, "Si quieres llegar pronto, camina solo; si quieres llegar lejos, camina acompañado". Dependiendo de las circunstancias y durante milenios una sociedad va a tener que enfrentarse a ambas, dicha sociedad necesitará de máximos exponentes de una y otra característica y una gran masa de grises.

¿Cómo me afecta eso?. Pues imagino que como a todos, con lo que solemos llamar la crisis de los 40 (ya es sabido que a mí la crisis de los x0 me suele llegar bastante antes). Para algunos, digamos que los prebostes del egoísmo, quizás se trate de comprarse un descapotable y dudar entre cambiar a su mujer por 2 de 20 o esperarse a los 50 para cambiarla por 2 de 25. Para otros, los que más admiración a la vez que incomprensión me provocan, se trata de irse a vivir al campo cuando no al tercer mundo. Para mí, no lo sé muy bien pero posiblemente se limita a donar lo que no me hace falta para calmar mi conciencia mientras pienso que ni me voy a comprar el descapotable ni voy a retirarme de la vida pública de la que nunca he sido muy partícipe.

Lo que sí hago es leer algún que otro artículo y pensar que, algo que ver, tiene. Por ejemplo, en la revista Naukas en su segunda edición, leída más de medio año después de recibirla, he podido ver cálculos de cómo la vida en la Tierra sigue viva casi por casualidad (un enésimo acierto en esa carambola a miles de millones de bandas que supone la existencia de ese pálido punto azul. De igual forma que he leído acerca de probabilidades de que diferentes "pepinos" estelares produzcan una carambola que ya no nos guste tanto. No solo eso, en el eventual e improbable caso de que dentro de unos cuantos miles de millones de años todavía sigamos por aquí y a la estufa se le acabe el hidrógeno, tendríamos que ir buscando formas de viaje rápido ... a velocidades cercanas a la de la luz. Esas velocidades que, siendo astronómicas, pun intended, parecen de caracol cuando nos referimos solamente a las estrellas más cercanas, por no hablar de las galaxias con planetas que se nos antojan habitables.

Un saludo, Domingo.

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