sábado, 6 de diciembre de 2014

Tratar los síntomas

Creo que fue esta semana cuando alguien, alguien probablemente del trabajo, habló de un cierto problema que nos azota últimamente o de algún otro que lo hace de forma relativamente frecuente. No estoy seguro de si además antes había pensado en ello la semana anterior debido a un motivo similar. Es posible. En cualquier caso, lo realmente importante es que alguien comentaba que no había que tratar los síntomas sino tratar las causas.

Esto es cierto. En general, pero es cierto. Si en un bosque en llamas apagas solo las llamas pero dejas los rescoldos, es solo cuestión de tiempo y mala suerte en forma de viento que surja otro incendio. De igual forma, si ante la fiebre solo das antipiréticos pero no antibióticos que ayuden a curar la infección, quizás estemos cometiendo un error que tapará la tierra de igual forma que la salsa tapa los errores del cocinero.

Sin embargo, hay enfermedades cuyo único tratamiento conocido es el de sus síntomas. No soy médico ni mi formación médica es excelsa así que, aunque los casos que conozco están siempre relacionados con los virus, es posible que este sea el caso de más patologías. Así de memoria recuerdo que el tratamiento sintomático es el adecuado para la gripe, el ébola y la parvovirosis en los perros. Todas son potencialmente letales pero la gripe en mucho menor grado que los otros dos así que me centraré en estas últimas. Además ambas creo que causaban un sangrado interno que eventualmente cursaba en choque hipovolémico usualmente letal. El tratamiento en ambos casos intenta ayudar al cuerpo a remontar por sus propios medios.

A diferencia del primero, estos virus se cogen potencialmente solo una vez, lo que es entendible aunque solo sea por mera evolución. Es decir, estas enfermedades no son frecuentes durante la vida de una persona, a diferencia, por ejemplo, de la gripe aunque a esta también le tratamos los síntomas.

Pero este podría ser el criterio, o uno de ellos, a seguir acerca de cuándo ir a erradicar la causa raíz o cuándo simplemente tratar los síntomas. Volviendo a un entorno como pueda ser el del trabajo, cuando se produce algo y luego se reproduce y vuelve a suceder, entonces evidentemente hay que intentar arrancar el mal de raíz. Sin embargo, si algo se produce de forma excepcional, quizás sea suficiente con tratar los síntomas. No es que sea algo terriblemente preocupante pero sí posiblemente algo para pensar. Al menos a mí me lo parece.

Un saludo, Domingo.

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