sábado, 3 de mayo de 2014

De película

Desde hace un par de semanas a veces, solo a veces, tengo la sensación de estar en una película o de ser testigo de la filmación de una. A veces paseo por la calle y veo personas a las que no conozco, del mismo modo que tantos protagonistas de películas de autor que pasean por calles viendo a personas que no conocen. Y me pregunto si serán reales pues me asaltan las dudas. No sé si el razonamiento fue parecido pero imaginemos que sí. Imaginemos que el razonamiento que Descartes siguió para concluir su famoso "Cogito ergo sum" fue parecido al mío y no precisamente porque el mío fuera primero sino porque imagino que es un pensamiento que puede asaltar a mucha gente, filósofos, directores de cine ... o lesionados jugadores de fútbol tan aficionados como malos que se ganan la vida en empresas de software tras haber estudiado matemáticas.

Por otro lado, imbuido por ese mismo estado de ensoñación, a veces me pregunto también por las personas que me rodean, independientemente de mi relación e interacción con ellos. Y me pregunto por las personas que me han rodeado y mi relación e interacción con ellos empezando desde la niñez. De niño, como todo, tenía mis familiares, amigos y conocidos. Los familiares no los puedes elegir, tampoco de mayor así que los sacaremos de la ecuación. Los conocidos pueden llegar eventualmente a ser amigos o incluso sin serlo a ser puntualmente importantes en tu vida. Con los amigos acabarás finalmente teniendo una relación de contacto más "espaciado", acabarán desapareciendo o acabarán estando a tu lado toda tu vida, según casos y personas. Alguna vez creo que he comentado que me gustaría ver los "viajes" de diferentes personas en Google Maps para ver cómo acaban coincidiendo puntualmente en diferentes sitios y momentos.

Y ya por último, un tercer pensamiento que me asalta o quizás una duda es: ¿qué caminos ha seguido ha cada persona para llegar al estado actual?. Por ejemplo, quizás había un niño brillante pero poco ambicioso que vive actualmente de las rentas de un piso alquilado que heredó de sus padres. O quizás era un niño simplemente inteligente pero cruel y despiadado que ha ido subiendo en la escala empresarial gracias a su buen hacer en el uso de la faca. O quizás era un niño que no destacaba en absoluto pero que supo estar en el sitio exacto en el momento adecuado ... en los sitios exactos en los momentos adecuados, rodearse de las personas correctas y ahora son gurús simplemente con lo que han vivido y/o aprendido. Quizás haya muchas personas en los comités de dirección de grandes empresas que se correspondan con este tercer estereotipo. ¿Y el mío?. Posiblemente ninguno de esos o una adecuada mezcla de todos y alguno más. Como un remake de películas de autor... un remake único, tan único como cada uno de nosotros.

Un saludo, Domingo.

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